Mi Sombra


Solitario, abrumado por los vestigios incandescentes de recuerdos pasados, aquí estoy, sentado en el techo de aquella casa abandonada que alguna vez fue mi corazón y viendo a mi sombra pasearse por los oscuros y estrechos pasillos de mi mente. Aquí estoy hoy, pensando como poder terminar esta batalla sin sentido, sin cuartel en la cual ambos, noche tras noche nos dirimimos constantemente.

Si continuo acechándola, ella me desbordara cada vez más. Me acosaría, tendría que huir como una presa salvaje huye de su cazador, no podría comer, no podría dormir, estaría allí, siempre vigilándome con sus ojos brillando en la oscuridad de la noche, opacando mi propia existencia.

Si tan solo pudiera llegar a un acuerdo, si en vez de reprimirla, de maniatarla, de encerrarla y jamás escucharla, olvidada en la última puerta del último pasillo más largo del laberinto de mi mente, yo simplemente expusiera mis argumentos y lograra que ella aceptara parte de ellos, y eligiera volver a ser uno con mi existencia, allí seria la verdad ultima de mi vida y en ella recaería el placer final de mi felicidad. Sin miedos, sin angustias, sin la desbordante desesperación de despertar y ya no saber quién soy, de mirarme frente a un espejo y saber que mi rey en este juego de ajedrez fue el que cayó bajo las insospechadas y abrumadoras fuerzas de mi sombra.

Quien sino yo te conoce más, y puedo abogar por tus razones que aunque locuras paranoicas como argumentos, no puedo dejarlos de pensar, que mas allá de todo, son esencia de mi propia existencia.
Probablemente mis pensamientos han gritado tan fuerte que resonaron en algún rincón en el que ahora te encuentras o tal vez el eco de esta casa abandonada fue el Hermes que llevo a tus oídos mis planes.

Sea cual fuere la razón o simplemente mi imaginación, sabes que aquí estoy, sentado sobre el techo de esta casa abandonada y si quieres ser algo más que una simple sombra de lo que puedes ser, sabrás que hacer.
Mis decisiones ya fueron tomadas, mis pensamientos ya fueron pensados y mis palabras ya fueron dichas, solo me resta apagar esta última luz que se cierne sobre mi cuerpo y en silencio esperare a que llegues.
Así que aquí estas, finalmente viniste, se que tienes mucho que preguntar y esto solo es el principio de hacia dónde podemos llegar, siéntate y comencemos a dialogar.




Licencia Creative Commons
Mi Sombra por Jesús Nicola se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución – No Comercial – Sin Obra Derivada 4.0 Internacional.

Comentarios