La caja


¿Han oído hablar de aquella persona que viene por las almas de todos cuando están por dejar este mundo? Tiene muchos nombres, aunque eso ahora no importa. 
Soy Joan Deadly y esta es mi historia, aunque nadie me crea.
Una tarde de Julio ella vino a visitarme a mi casa, cuando estaba sentada tomando una taza de café, esperando a Richard que volviera de trabajar. Tocó a mi puerta exactamente a las seis en punto. Una mujer vestida de blanco, de pelo dorado radiante, con una caja de madera en su mano izquierda que sostenía con mucho cuidado.
-¿Puedo pasar? Me pregunto.
-¿Quién eres? Pregunte extrañada.
-¿Acaso no me reconoces Joan? Soy la muerte me dijo y sonrío.
Yo reí pensando que era una broma de Richard, el siempre solía hacer ese tipo de cosas en la universidad.
-Ya Richard no es gracioso, ¿quién es tu amiga? Le dije riendo.
-Joan si no me dejas pasar cosas malas pueden pasar, me dijo la extraña mujer mientras me seguía mirando fijamente.
Cuando la oí decir esas palabras algo dentro de mí se estremeció con su mirada y su sonrisa que ocultaba algo siniestro.

Cuando entró,  fue directo al living se sentó, y coloco la extraña caja al frente de ella. Luego me miro nuevamente y en ese momento supe que debía sentarme con ella. Cuando me acerque, la caja comenzó a vibrar como si quisiera hablarme.
- Ahora puedes sentarte Joan, no tengas miedo, fue todo un problema encontrarte ¿lo sabes? me dijo, y yo comencé a creer que de verdad era la muerte, aunque pareciera una locura.
-¿Que hay en esa caja? Le pregunte intrigada.
- Lo que tú eres esta aquí dentro, me respondió tocando la caja como si la acariciara.
-¿Y porque me buscas? ¿Vienes aquí porque debo morir?
-Estoy aquí porque debes vivir me respondió, mientras sacaba un cigarrillo y lo prendía lentamente.
Yo no podía entender nada, pero la pequeña caja me llamaba y cada vez la sentía vibrar más y más.
-Ábrela Joan. Quiero que veas la verdad. Quiero que sepas.

¿Han oído hablar de aquella persona que viene a buscarte cuando estas por morir? Creo que siempre lo supe muy dentro mío, aunque decidí olvidarlo por completo. 
¿Que había dentro de aquella caja? Era yo. Mi verdadero yo. Yo era la muerte, en realidad una de ellas, de las miles que existen.

¿Y que debía hacer? Ahora debía vivir. Es nuestro cruel castigo, nuestra maldición, encadenada a una vida eterna viendo morir a aquellos que decidí amar. Viendo como alguien más se los lleva hacia la eternidad.



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La caja por Jesús Nicola se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución – No Comercial – Sin Obra Derivada 4.0 Internacional.

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