Antología I



Enfermera: En una noche sin luna, yace una oscuridad al lado de mi cama. Una enfermera maldita observa mi cuerpo inerte como si quisiera devorar mi alma. Lo que no sabe es que detrás de ella algo más terrible se aproxima para cobrarse una vida. ¿Quién de los dos pagara la deuda?

La cuna: Una cuna es todo lo que puedo ver desde aquí. Sus barrotes filtran la oscuridad de la noche y su frío metal congela el aire de la habitación. El silencio infecta cada rincón y abre grietas de dolor en las paredes.  Solo veo una sombra que se balancea y murmura algo. Luego comprendo. Soy yo quien está dentro de aquella cuna llamada prisión.

La terminal: Todos juntos esperando el autobús como un día cualquiera. Gente va y viene por los pasillos y una larga fila delante de mí. La noche se avecina y un llanto se siente a lo lejos. Una sirena le sigue y un zumbido en mis oídos interrumpe mis pensamientos. Cierro mis ojos para descansar del largo viaje que tuve para poder hora empezar un nuevo camino. Si. Todos morimos aquella noche cuando el autobús perdió el control en la carretera, solo me tomo un tiempo aceptarlo. ¿Y tú? ¿Acaso escuchas ese zumbido también?

El universo está vivo: El universo está vivo decía un lunático en la calle Hemlett, mientras muchos reían al pasar. Yo pensaba claro que lo está, nosotros somos la prueba de ello. Jamás imagine que ese sujeto nos advertía de algo terrible que un año después se haría realidad. Cuando la formula Ogmios fue descubierta todo cambio. El mito de la caverna de Platón no era solo una simple metáfora la percepción humana, era real y todos vivíamos en ella. Si, el universo estaba vivo y todo lo que conocíamos estaba en su interior. Éramos parte de un organismo viviente de otra dimensión.

Momento único: Una gota de agua que cae lentamente por la pared del baño huyendo a un mar de sentimientos en tu rostro. La luz que se filtra  tímida por la cortina te envuelve en intimidad, mientras tomas un descanso en la bañera. El agua cubriéndote, ondulando en la superficie se vuelve tu compañera y confidente. El aroma a jabón que impregna tus sentidos y te transporta a tiempos mejores. Y tú allí. Simplemente despojada de todo, en ese perfecto instante.  A veces las cosas importantes no son luces de neón brillando frente a nuestros ojos. Algunas veces son ese instante de soledad en el que no importa nada más que tú observando las cosas simple de la vida.

Dama olvidada: La dama olvidada le decían los campesinos, mientras ella paseaba por las campiñas cercanas a Londres. Se podía ver a lo lejos como una flecha le atravesaba su corazón, al tiempo que su vestido se iba rasgando en pequeños fragmentos que eran esparcidos por todo el lugar transportados por la brisa de otoño. Su piel pálida anida sueños de colores que se destiñen con el pasar de los siglos, esperando el regreso de su amado. Algún día el viento traerá nuevamente pedazo a pedazo aquel vestido desgarrado. Ese día estoy seguro que ella volverá a vivir estando completa para volver a empezar.

Rinoceronte en los cielos: Allí estas, cruzando los cielos con la calma que te han dado los siglos en la tierra. Ahora viajas a nuevos lugares a través del puente celestial en tu nueva cruzada, un nuevo comienzo. Eres perfección creada y sin embargo sueñas con nubes que te protejan de la adversidad. Pero la luna gigante esta detrás de ti para hacerte brillar y descubrir tu verdadero ser. Así que ve sin miedos con la calma que te han dado los siglos en la tierra. Cruza el puente y llega al final de tu nuevo camino, estoy seguro que allí renacerás.

La dama y la rosa: Posas con tu belleza inmaculada suplicando ser eterna mas no admirada ni desterrada. Eres guardada en secreto sobre paredes de ladrillo por derrumbarse, erosionadas por el paso del tiempo sobre la brisa del mar. Y creces cada día mas mirando al sol esperando que un héroe venga buscando la llave del amor que reside en ti. Solo en ti. Tan perfecta es aquella escena que jamás sabrás si es la rosa o la dama de quien acabas de leer. O ambas tal vez.



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