Antología III


La tormenta ya viene: La tormenta se acerca, puedo verla en el horizonte, mientras el sol desaparece tragado por el atardecer. Las mareas retuercen el viejo paraguas en el que viajo, navegando por las oscuras aguas del olvido. Me esfuerzo por mantenerme con vida aferrándome, pero siento como el agua comienza a subir por mis piernas. Luego despierto y veo como el auto de papá se está hundiendo en el rio. Ambos estamos aquí, aunque él me mira y me dice que piense en algo mejor. Las nubes que puedo ver por última vez, el sol y el paraguas de mamá a mi lado. La tormenta ya viene. Adiós papá.

El guardián: Miles de libros están aquí en la gran biblioteca. La ultima que queda de la humanidad. Yo, el guardián del conocimiento estoy aquí con ellos, por toda la eternidad. Fuimos desterrados de nuestro hogar hace ya tanto tiempo que no logro recordar. Vagamos ahora por el espacio, sin retorno, hasta que algo o alguien nos pueda rescatar. Somos el recuerdo y el tesoro de una civilización que no lo pudo lograr. Solo dejó su pasado escrito en cada página. Solo unos y ceros es lo que puedo mirar.

Germen: ¿Que tiene ahí hija mía? Pregunta mi padre mientras siembra el campo de casa. ¡Creció por fin! le contesto mirando aquello que pude hacer florecer. Míralo papá es un cumulo de materia condensada y en el centro un brote de vida. Desearía saber que misterios hay allí dentro. Se ve tan frágil. Pero brilla intensamente con millones de puntos que destellan constantemente. Creo que fue el mejor universo que logre germinar.

Inmortal: Mi cuerpo se desvanece. La carne de mis huesos comienza a desprenderse. Mi alma se despoja de mí ser. Milenios estuve esperando este momento, anhelando la dulce victoria de mi muerte sobre la eternidad. Anclado en el silencio. Vagando por la superficie y la profundidad de la tierra. Ahogándome en la locura. Mi mente está hoy en paz. La eternidad no es aquel don que quise tener. Es una amarga carga que llevo. Es un monstruo que devora mi esperanza y alimenta mis deseos de cazarlo. Descansa aquí un inmortal que propago la mortalidad en la tierra. Soy Adán, el primero de mi especie.


El elegido: Fue difícil al principio saberlo. Mis poderes aumentaban día a día pero debía ocultarme. Por mi familia, por mí. Algo o alguien me perseguía siempre. Podía sentirlo. La oscuridad estaba detrás de mí queriendo invadirme en cada instante. Tomarme por sorpresa en cada esquina. En mis sueños, en el mundo real. Nadie está preparado para saber tal verdad. Ser quien soy, ser responsable por lo que puedo hacer. Solo tengo diez años pero un gran peso que llevar. Salvar la humanidad como lo han hecho antes. Algunos los llamaban héroes, otros dioses. Eran todo eso y más. Eran el principio y el fin. La serpiente que se come a sí misma, la eternidad. Eran los mitos y leyendas de cada pueblo y generación. Soy Dios y aun no se qué quiere decir eso.


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