Antología IV
La puerta roja: Estaba allí
parado enfrente de aquella puerta roja, bañada por el reflejo de las almas que
entraron en ella. Su madera era un reflejo de la magnificencia de la soledad y
su color rubí podía penetrar por mis poros sin pedir permiso. Había una hendija
pequeña que dejaba pasar pequeños cúmulos de polvo a través de ella, mientras
del otro lado un enorme murmullo despertaba mi curiosidad. Me acerque
tímidamente y puse mi ojo derecho en la cerradura dorada que parecía invitarme
a desentrañar los secretos que guardaba. Allí pude verlo. Al fin lo entendí.
Millones de partículas flotando en un vacio sin fin, chocando entre si y
explotando como pequeños fuegos artificiales, desprendían una luz enceguecedora
que destellaba con colores incandescentes. Luego silencio. Un dulce silencio
estremecedor, como el de aquellos que solo se encuentran en una noche oscura y
desierta que paralizan el corazón del más valiente. Unos pasos se escuchan
desde lejos con una firmeza y sincronismo perfecto. De repente estaba allí, una
gran pupila viéndome asombrada, señalándome con su mirada, viendo lo que yo vi
dentro de él. Solo partículas flotando al azar en un vacio incomprensible, en
un instante nada más. Mi alma es lo que era, hurgando en ella, por toda la
eternidad.
Johnny Rabb: Así era el nombre de
aquel pobre niño que desapareció en los bosques cercanos al pueblo de Paso
Viejo. Aunque jamás sabrán que fue lo que ocurrió aquella tarde cuando volvía a
su casa en bicicleta. Lo único que se encontró fue su mascota muerta en la
orilla de la carretera. Un conejo blanco que siempre solía llevar a la escuela.
La verdad es que johnny siempre fue muy extraño y callado, por eso los demás
niños se burlaban de él. Algunos dicen que lo han visto con una extraña cabeza
de conejo cosida a su cuerpo. Cuando escucho esas historias simplemente los
miro y solo sonrío, porque sé que ese niño murió de verdad aquel día. Nadie
sabe que johnny Rabb se transformó en algo más. Se convirtió en mí.
Ciego: Mientras Jake permanece
ciego, su mundo también lo está. Una realidad en tinieblas, de la que trata de
escapar. Lo que Jake no sabe es que del otro lado existe un cuarto con luz pero
hecho de oscuridad. Dos seres lo esperan impasibles, desde el principio de la
eternidad. Quien pudiera saber sus nombres. Yo los veo desde aquí y veo a Jake
su cabeza asomar. Apagare esa luz para que aquellos que lo esperan no lo puedan
atrapar. Escucha mi voz Jake, cruza la ventana ahora y no mires atrás… Que
ingenuo niño fue al dejarse atrapar, tanto tiempo esperé en silencio planeando
su vida cegar.
Hermanas: Esta es la única foto
que fue tomada de aquellas extrañas hermanas que salían del bosque para aterrar
en primavera a la ciudad. Sus mascaras sembraban pánico a todos aquellos que tenían
la desgracia de poderlas mirar. Una inocencia perdida que ocultaba una
tenebrosa maldad. Por eso ten cuidado y mira bien cuando vuelvas cada día a tu
casa al entrar. Si la puerta está sin llave y jurabas que cerraste. Si entras y
ves una luz encendida pensando que fue
un descuido de tu mente que te hizo olvidar. Cuando una mancha en el piso te
resulte tan extraña que te hizo mirar. Vete de allí cuanto antes. Las hermanas
te están esperando escondidas para su juego macabro contigo empezar a jugar.
Ángel caído: Ingiel se mantenía
de rodillas mientras un imperceptible rastro rojo descendía por su frente. Sus
alas estaban rotas, quemadas por el fuego ardiente del infierno por el que
había acabado de pasar. Su corazón palpitaba sincronizándose con la respiración
de la multitud que lo observaba rodeándolo, mientras las luces incandescentes
de los flashes le corrompían su alma. Un ser caído, embriagado por los pecados
banales de un mundo en decadencia. De todos los planetas habitados fuiste
atraído hacia los seres más primitivos pero intrigantes. La raza humana.
Aquella abandonada por Dios hace ya tantos milenios.
Estuviste allí cuando todo
sucedió. Las llamas y las cenizas, el polvo y las estrellas. Sin embargo nada
de comparaba con los placeres inalcanzables de los humanos. Una simple sonrisa
y unos ojos azules como el cielo fueron suficientes para hacerte abandonar tu
lugar en los cielos y bajar hasta las profundidades del infierno a recuperar
aquel corazón que te hacia existir. Tu inocencia se corrompió para salvar
aquella alma. La raptaste de las mismas garras de la muerte y miraste a la cara
al propio destino que se interponía entre ustedes. Dime ahora que vas a hacer
con tu esencia lastimada por la crueldad que viviste. Podrás vivir entre los
humanos como uno más ahora que tanto te le pareces. Mientras ella vive en tu
interior.
Tritón: Allí estaban los señores
Otul con sus pies hundidos en la arena en una fría mañana de Abril. Junto a
ellos el detective Rafclee, observando los huesos de un humano, o al menos eso
parecía ser. Habían sido traídos a la playa, entregados por el océano como una
ofrenda hacia la familia, quienes habían mantenido siempre un lazo místico con
las profundidades del mar. Pero en este momento algo amenazaba con poner fin a
su legado. Aquellos restos eran lo único que quedaba de Brandon Otul, el único
nieto legitimo de la familia. Asesinado sin piedad para encubrir su
monstruosidad, mitad humano, mitad pez. Ahora alguien observa desde la lejanía
del faro. Es su asesino. Espera impaciente a que el mar venga a juzgarlo por la
cruel muerte de su hermano.
Nuestra sombra: Alguien espía mi
habitación mientras miro por la ventana. Lo siento detrás de mí, observando mí
sombra en la oscuridad. No estoy loco, está allí, como si supiera todo de mi,
soy su marioneta con hilos de cruel destino que jamás se romperán. Sé que él
sabe lo que pienso, porque él es quien escribe cada uno de mis pensamientos.
Alguien espía mi habitación
mientras estoy parado mirando por la ventana, soy yo imaginando este relato. Sé
que yo también estoy siendo observado como la sombra de mi historia, que me
mira tratando de decirme algo que yo ya sé. El que nos piensa esta más allá de
nuestras ventanas. Nos vigila en silencio, buscando una historia que podamos
creer.
El zumbido de las moscas: ¿Porque
es tan fuerte aquel sonido que proviene de las alas que se posan en mi ventana
mientras las observo? Se acercan más y mas atraídas por el perfume que en la
habitación se concentra como una espesa bruma que casi quita el aliento. ¿Porque
es tan fuerte el sonido de sus alas cuando se posan sobre mí? Mientras sigo
aquí sentada, sin podes moverme, hace ya casi una semana. Creo que algo malo me
ocurrió. Y solo las moscas saben la respuesta.
Espantapájaros: ¿Sientes como
comienzas a respirar cada vez más lento, mientras tus músculos se adormecen
lentamente hasta quedar tensos y petrificados en la noche? ¿Sientes como tu
cuerpo se vuelve raíces con la tierra y tus ropas solo telas rasgadas por el
viento y la lluvia?. Ahora que estas allí paralizado y sin poder gritar, mira
los cuervos que revolotean a tu alrededor sabiendo lo que te está sucediendo. Se
bueno Todd, como lo fueron los demás que tienes a tu alrededor. Vive para mi
campo y mantenlo a salvo de cualquier peligro, ese es tu destino. Estar aquí
como guardián de la granja hasta que encuentre a alguien más.
Antología IV por Jesús Nicola se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución – No Comercial – Sin Obra Derivada 4.0 Internacional.
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