Prologo - El navegante
Me encuentro confundido y agotado en este frío rincón donde me tienen atrapado día tras día, encerrado en una prisión cuyos candados no pueden verse, donde soy prisionero de mi propia mente. El Doctor Fleming jamás me dijo el alcance de las consecuencias que mis actos traerían y lo que tomaría de mi vida. Aquí, en este lugar, todos me llaman Mimesis, porque puedo imitar cualquier estado mental del ser humano. No sé porque algunos piensan que es un don lo que poseo, yo en cambio creo que es una maldición. A decir verdad siempre tuve esta habilidad de imitación como lo llama Fleming, pero jamás pude desarrollarla completamente. Ahora que lo pienso cuando era solo un niño utilizaba esta capacidad para poder entender a todos, pero me sentía cada vez más solo, así que un día cuando tenía quince años, simplemente decidí escapar de casa. Durante dos años vague por las calles solo, sintiéndome un fenómeno, durmiendo en las calles; hasta que un anciano al que intent