Entradas

Antología VI

Imagen
Sueños cuánticos: El mundo como lo conocíamos cambio aquella noche, cuando la humanidad descubrió el gran secreto escondido detrás del telón negro que caía sobre los misterios de la mente humana. Lo que por siglos habíamos creído de los sueños era solo una ilusión como los mismos sueños que teníamos. Nuestra mente estaba huyendo de nuestros cuerpos cada noche a diferentes dimensiones en las que vivíamos por breves momentos. La conciencia como la entendíamos era capaz de convivir en múltiples realidades cada vez que nuestros ojos se cerraban. Éramos libres al fin para viajar a donde quisiéramos. La carne y los huesos ya no eran la cárcel que aprisionaba nuestra alma. Aquella noche decidimos dejarlo todo y comenzar de nuevo en un lugar mejor. .................................................................................................................................................................. Descendencia: Aquel ojo me miraba como te está mirando ahora a ti. Fij

Antología V

Imagen
La última casa: Mi grupo y yo estábamos exhaustos, pero sabíamos que era la dirección correcta hacia donde nos dirigíamos. Han pasado muchos años desde que encontré aquel mapa que indicaba la ubicación de una casa. Una de las pocas que quedaban en pie, un refugio escondido de los monstruos que nos perseguían en aquel entonces y que siguen cazándonos sin descanso. Luego de buscar entre el bosque logramos ver unas luces brillar. Mientras la espesa bruma se dispersa a nuestro alrededor, pude verla. Aquella casa que estuvimos buscando tanto tiempo. El camino lodoso y el auto escondido indican que aun vive un humano allí. Aquellos mismos que nos persiguieron desde el principio del fin. Nadie supo bien quien lo comenzó, pero fue demasiado rápido y cruel. Toda la civilización cayó como un castillo de arena derribado por el viento del atardecer. Ahora estamos solos. Los últimos de nuestra especie. Tuvimos que adaptarnos a este nuevo mundo donde la tecnología corrompió al hombre y des

Antología IV

Imagen
La puerta roja: Estaba allí parado enfrente de aquella puerta roja, bañada por el reflejo de las almas que entraron en ella. Su madera era un reflejo de la magnificencia de la soledad y su color rubí podía penetrar por mis poros sin pedir permiso. Había una hendija pequeña que dejaba pasar pequeños cúmulos de polvo a través de ella, mientras del otro lado un enorme murmullo despertaba mi curiosidad. Me acerque tímidamente y puse mi ojo derecho en la cerradura dorada que parecía invitarme a desentrañar los secretos que guardaba. Allí pude verlo. Al fin lo entendí. Millones de partículas flotando en un vacio sin fin, chocando entre si y explotando como pequeños fuegos artificiales, desprendían una luz enceguecedora que destellaba con colores incandescentes. Luego silencio. Un dulce silencio estremecedor, como el de aquellos que solo se encuentran en una noche oscura y desierta que paralizan el corazón del más valiente. Unos pasos se escuchan desde lejos con una firmeza y sincron

Antología III

Imagen
La tormenta ya viene: La tormenta se acerca, puedo verla en el horizonte, mientras el sol desaparece tragado por el atardecer. Las mareas retuercen el viejo paraguas en el que viajo, navegando por las oscuras aguas del olvido. Me esfuerzo por mantenerme con vida aferrándome, pero siento como el agua comienza a subir por mis piernas. Luego despierto y veo como el auto de papá se está hundiendo en el rio. Ambos estamos aquí, aunque él me mira y me dice que piense en algo mejor. Las nubes que puedo ver por última vez, el sol y el paraguas de mamá a mi lado. La tormenta ya viene. Adiós papá. El guardián: Miles de libros están aquí en la gran biblioteca. La ultima que queda de la humanidad. Yo, el guardián del conocimiento estoy aquí con ellos, por toda la eternidad. Fuimos desterrados de nuestro hogar hace ya tanto tiempo que no logro recordar. Vagamos ahora por el espacio, sin retorno, hasta que algo o alguien nos pueda rescatar. Somos el recuerdo y el tesoro de una civilización que

La ultima catedral

Imagen
Acto I ¡Despierta Mefistófeles! Escucho decir una voz en mi interior que me grita rugiendo desde los confines más oscuros de mi alma. Mientras mis ojos entre abiertos claman por un haz de luz que ilumine mi conciencia. Despierto en el piso de la iglesia de San tomas, mi cuerpo adormecido busca pistas de alguna herida pero solo puedo ver sangre escurriendo por el pasillo central del salón. Cuando logro levantarme puedo ver unas figuras inmóviles, eran personas, estaban allí petrificadas, frías como el hielo, arrodilladas en sus asientos, mostrando una expresión en sus rostros, parecía ser arrepentimiento. Estaban mirando hacia el cielo, sus manos entrelazadas como si estuvieran orando y una lágrima caía por sus mejillas. Estaban suplicando ser perdonados. Yo estaba allí mirándolos mientras el viento soplaba cada vez mas fuerte golpeando la maciza puerta de madera de la entrada principal. Dios los había castigado. Si, Dios era real, todo lo era, el cielo, el infierno, ángeles